La serie Transmutaciones de Alonso Cedillo no puede clasificarse como escultura ni como pintura. Utilizando como recursos materiales encontrados en sitios que van desde la naturaleza, mercados de pulgas y sitios como e-bay, sus piezas rompen con los límites bidimensionales de los bodegones así como los de la representación gráfica, ocupando un espacio intermedio que reinterpreta la idea de naturaleza muerta a través del uso de restos orgánicos y naturales que son transformados mediante la pintura, al mismo tiempo que exploran la forma y el relieve, con el fin de abrirle paso a la naturaleza a los espacios construidos por los humanos.

Las piezas de Cedillo generan un pensamiento geofilosófico al consolidarse como señales errantes o llamados afligidos y lecturas anómalas que integran un encuentro con lo extraño. En ellas hay algo que ya ha ocurrido, lo cual es aquello que nuestro encuentro con ellas busca descubrir. Existe una profundidad vertical que sumerge a estos objetos en lo seductivo y lo fascinante. Esta cuestión es la de la sustancia, es decir la rareza de los objetos y su accesibilidad ontológica y epistemológica. Así una exo-arqueología deshecha y marchita el antropocentrismo del mundo. Como consecuencia los restos naturales no humanos son hyperfetichizados al presentarse con un exceso de objetualidad. De esta manera reafirma el ser no-humano presente en la tierra que es necesario para que nuestra civilización pueda expresar su pensamiento.

Los insectos presentes en las piezas de Cedillo (gusanos, escarabajos y caras de niño) son aquellos que se entierran o que viven bajo el suelo, mientras que el resto de sus objetos (troncos y minerales) son aquellos que crecen en la tierra. Así su temporalidad es antigua y va en retroceso, pero al mismo tiempo tiene la capacidad de re-aparecer en cualquier presente que sea posible. Por ende, el uso recurrente de insectos rechaza la idea humana de efectuar una «pasteurización» en los espacios que construimos, mientras que el uso casi constante de minerales nos remite a lo que Quentin Meillassoux denomina como arquefósiles: aquellos objetos que indican la existencia de una realidad ancestral anterior a la vida terrestre.

En consecuencia la serie Transmutaciones es una operación de exhumación que confunde el tiempo cronológico, conectando el «ahora» con escalas de tiempo ancestrales. Socava el orden de los estratos terrestres mientras invoca las potencias que tiene el suelo para narrar la tierra con la exhumación en lugar de con su superficie externa. Así, el material mineral en conjunto con la vida que existe al interior de la tierra se consolida como el poder activo, mientras los humanos nos consolidamos solamente como su producto.

Alonso Cedillo Mata (b.1988) es un pintor y artista multimedia mexicano. En 2006 comenzó sus estudios profesionales en la pintura con Gilberto Aceves Navarro y Rodrigo Pimentel. En 2009 ingresó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Allí, comenzó a trabajar con escultura, vídeo, computadoras e Internet. Desde 2012 se ha enfocado también en la teoría e investigación artística con el portal drik magazine. Es un colaborador habitual de la revista drik y FAQ MAG.El trabajo de Cedillo ha sido presentado por Fran Ilich en el Donaufestival (9) en Krems, Austria y TransitioMX, además del festival NRML 2014 en Monterrey. Su obra forma parte de colecciones en Austria, Emiratos Árabes Unidos y México.

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