TACO/Tianguis de arte contemporáneo. Hibridaciones/”prácticas”. 2013
10/10/2013PRÁCTICAS ESTÉTICAS EX –CÉNTRICAS, El performance ante la colonialidad del gusto y la sexualidad. Texto de Yecid Calderón Rodelo
16/10/2013PALOMA VILLALOBOS / LO POSIBLE E INADVERTIDO, Experiencias desde el archivo. Texto Mane Adaro
Imagen: serie Océanos rotos, escenas por debajo (2012)
“Sabemos perfectamente que toda memoria está siempre amenazada de olvido, cada tesoro amenazado de pillaje, cada tumba amenazada de profanación”
Georges Didi-Huberman
Somos consumidores de sensaciones, en el viaje –el paisaje como recompensa- se convierte en un placebo escapatorio, un refugio mental ante la exigencia de un modo de vida, que a todas luces, se vuelve inconexo; des-relacional. En el mundo, posiblemente quedan muy pocos lugares vírgenes de la exploración y el turismo-si es que ya no han desaparecido – y aun así, el conocimiento que tenemos de todo esto, parece ser ínfimo y escaso. Desde un ejercicio imaginario, la idea de paisaje puede ser construida en forma icónica, una visión que se logra desde la postal y brochure de una agencia de turismo, donde lo empírico de la aventura, viene asociada a una idea anticipada; cliché. Luego, en el momento del disfrute y antes de que finalice el acto, lo exiguo y express del tiempo vacacional, nos distancia de la posibilidad de entregarse al mero placer contemplativo. En la actualidad, según Eduardo Subirats (1), esta eventualidad de experimentar ha sufrido transformaciones, y es que el exceso de aparatos tecnológicos, la hiperdependencia de las pantallas luminosas de las computadoras y celulares, nos han aletargado y aislado como individuos.
Imagen: serie Archivo Natural Antártico (2013)
Contrariamente, es a través de la contemplación, la observación detallada, la percepción, que las obras de Paloma Villalobos (Chile, 1976), nos relacionan con la premisa de la experiencia del paisaje, de una forma que bordea la pureza estética, minimalista, casi espiritual , que recuerda la búsqueda de un paisaje intacto a los siglos del tiempo, como la serie fotográfica “Mares”, de Hiroshi Sugimoto , o la instalación “Two Mountains of Pollen” del artista alemán, Wolfgang Laib, concebida como un ritual, un proceso, ya que las vivencias que se persiguen no intentan explicar el mundo, pero sí intentan comprender una parte de su misterio.
Paloma Villalobos, a través de sus obras se interroga sobre lo que somos y en dónde estamos, y en cómo una cierta fragilidad, el accidente, el error, la pérdida, la devastación o lo que subsiste, se relaciona con una forma de habitar y sentir el paisaje. La materialidad fotográfica de sus trabajos, hace relación a esto, y es que muchas de sus obras, están construidas con elementos encontrados, archivos – una idea del reciclaje- que luego son dispuestos en un ordenamiento espacial, que finalmente permite ver, lo que en la superficie ya no es posible.
Imagen: serie Archivo Natural Antártico (2013)
En una de sus anteriores muestras, Océanos rotos, escenas por debajo (2012), la serie estaba compuesta por fotografías y dispositivos mecánicos, que proyectaban un imaginario ficticio generado por capas y superposición de elementos muy diversos, como: cartulinas agujereadas, láminas antiguas, notas, mapas, vídeo, linternas, que construían de este modo, un nuevo modelo de observación escenográfico. El paisaje de estas fotografías no perseguía una mirada concluyente sobre este, muy al contrario, ya que el universo de estos trabajos, se arma desde fragmentos y detalles desapercibidos.
En Archivo Natural Antártico (2013), su último proyecto, exhibido en el mes de agosto en el Museo Nacional de Bellas Artes, en Santiago, se propone una lectura diferente a las ideas que venía trabajando, al anular el sentido autoral y su subjetividad, y proponer el concepto de memoria como una nueva ruta de significado. El montaje, que reúne más de 400 fotografías, proviene desde los archivos personales de los residentes habituales de la base antártica: militares, científicos, mecánicos, cocineros, trabajadores, etc. y otra gran mayoría capturadas por Paloma Villalobos, en su residencia artística.
Muchos artistas en el siglo XX, abordan el archivo y su posibilidad de indagar en la memoria como un concepto móvil, ilimitado, sin fronteras. “El pasado está ahí en estado bruto y el artista puede acudir a su encuentro de un modo directo, compulsivo, con la pasión de un coleccionista” (Anna María Guasch)(2). De esta forma, las fotografías montadas en los extensos muros, se internan por grietas, fisuras, fragmentos de memoria y paisaje, activan una percepción preconcebida, un paisaje imaginado desde su lejanía e inabordabilidad- que más allá de su inalcanzable presencia- se transforma y plantea en el espacio expositivo , un lugar para la memoria como un intercambio dinámico, abierto, transversal. El traspaso de información entre un grupo y otro, o entre los residentes habituales de la base chilena y la autora – que solo pudo radicarse un mes, y en época estival- genera esta memoria abierta y múltiple.
Imagen: serie Archivo Natural Antártico (2013)
Agrupadas en el montaje bajo diferentes conceptos; en ocasiones, por una lectura cromática, en otras, por la temperatura de la luz solar, por las variaciones en sus relaciones de tamaño, o articuladas desde el registro de huellas de vehículos, trozos de objetos accidentados, manchas de aceite, las fotografías configuran a su vez, una perspectiva subjetiva de interpretar el tiempo, y desde la idea de un archivo transversal/colectivo, la construcción de una lectura que complementa -como lo más importante- una memoria para ser leída desde el presente.
- Subirats, Eduardo (1997): Linterna mágica. Vanguardia, media y cultura tardomoderna. Barcelona, Siruela
- Guasch, Ana Maria (2011): Arte y Archivo,1920-2010. Genealogías,tipologías y discontinuidades. Madrid, Akal, p. 179.
Imagen: Océanos rotos, escenas por debajo (2012) (Fragmento de instalación)