El espacio tenso y la mirada entrampada: Zoo-logos de Eduardo Muñoz Ordoqui en Punctum | Texto de Irving Domínguez

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20/05/2015
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El espacio tenso y la mirada entrampada: Zoo-logos de Eduardo Muñoz Ordoqui en Punctum | Texto de Irving Domínguez

El 1º de noviembre del 2014, en el Centro Histórico de esta megalópolis, se inauguró un nuevo espacio de exhibición dedicado a la fotografía. Se llama Punctum, una iniciativa de Mabe Guzmán y Juan Antonio Molina, quienes han tomado la nada sencilla decisión de abrir un foro para una práctica visual tan especializada en una ciudad donde las estrategias para promover el arte actual apuestan por la ocupación arquitectónica, la transitoriedad y el paralelismo de actividades respecto a los calendarios institucionales.

Punctum es un lugar para la contemplación, para quien se interese en revisar puntualmente cada impresión que conforma las muestras simultáneas desplegadas en cada una de las pequeñas salas, un sitio de encuentro para fotógrafos de generaciones distintas, quienes conversan muy cerca de las imágenes, como si tratara del fuego en una chimenea.

En muy poco tiempo este espacio ha tenido tres ciclos de exhibición bajo la curaduría de Juan Antonio Molina, el más reciente está dedicado a la revisión de series realizadas en los décadas de 1980 y 1990 por Yolanda Andrade, Kattia García (Cuba) y Eduardo Muñoz Ordoqui. Dedicaré un comentario a la serie Zoo-logos (1991 – 1992) autoría del fotógrafo cubano, con quien sostuve una conversación en este nuevo enclave de la cultura fotográfica.

Un dia si otro no, Eduardo Muñoz

En la sala más amplia de Punctum se despliega un cinturón de impresiones en blanco y negro, imágenes elaboradas con tecnología análoga, documentación del zoológico de La Habana y sus visitantes, del rastro donde se mataban caballos para alimentar a los felinos, contrapunteada con imágenes que no parecen ligadas a ninguna de ambas locaciones. En ellas se manifiesta la conciencia de estar en cautiverio. Las rejas ocupan una buena parte del plano de representación y enfatizan los límites de un confinamiento, tanto para los animales como para el espectador de la serie.

El fotógrafo me compartió su metodología: desarrolló su proyecto durante los fines de semana en el zoológico, situación muy ventajosa para el fotógrafo en el espacio público, ya que su actividad no motivó confrontación alguna con representantes de la ley o fue cuestionada por los visitantes. Ahí Eduardo Muñoz realizó una acción privilegiada, muy similar a la ejercida por quienes fungen como representantes de un régimen político, al mirar sin ser vigilado ejercía libremente la apropiación del espacio público a través de la fotografía, es decir, subjetivamente.

Zoo-logos es una serie sobre cómo se ejecuta la visión desde una posición de control. En todo caso la enunciación del poder es silenciosa por ocurrir con distancia respecto del lenguaje, pero termina siendo elocuente porque se plasma en el ámbito de lo visual. Si bien cada imagen posee un título y está acompañada del nombre de la subserie a la que pertenece, el andamiaje textual evidencia más bien un recurso de mnemotecnia personal, el método a través del cual se articuló la edición de la serie.

Monologos 2, Eduardo Muñoz

Para el autor el sitio donde se realizó buena parte del proyecto definió sus límites. El zoológico es un reflejo distorsionado de la realidad cubana un par de años después de arrancar el denominado Periodo especial, un duro capítulo en la historia reciente de Cuba por sus profundas implicaciones económicas y sociales que aún no ha terminado por resolverse[1].

En ese microcosmos, como lo ha denominado el propio Muñoz Ordoqui, no existe el interés por destacar personaje alguno o reconstruir el curso temporal de una acción, las subjetividades de todos los representados, humanos y animales, están erosionadas, borradas, porque un “zoólogo” los observa, es quien estudia a los otros mientras miran en la búsqueda del placer tras el reconocimiento entre la información de la cédula y el espécimen.

Elogio de los locos, Eduardo Muñoz

No olvidemos que el zoológico es una arquitectura de lo espectacular, la cual se activa con la mirada del visitante y las correlaciones efectivas que establece entre información científica y el ejemplar vivo de una especie. Pero en el zoológico de la Habana incluso los animales más emblemáticos de cualquier recinto parecido se encontraban en pésimas condiciones o habían muerto. Se trata, al final del día, de una arquitectura moribunda.

Para el autor la voluntad de reproducir el acto de contemplar no parte de la elaboración de un testimonio sino responde a los términos de una operación discursiva: mirar es una actividad política. También abre paso a la especulación, lo que subyace detrás de cada imagen es una historia no resuelta, el enigma sobre cómo se arruinó ese zoológico. La ambigüedad sobre los espacios vacíos y los lugares de tránsito de los visitantes permite una conexión con las tomas realizadas en el rastro y así evocar, a través de la imagen documental como alegoría, las cárceles de La Habana, un lugar que el autor no conoce pero cuya existencia no puede ignorar.

Monologos, Eduardo Muñoz

En Zoo-logos se produce una tensión porque el espectador está consciente de su propia mirada a través de aquellos individuos reunidos para activar un programa arquitectónico. Las imágenes nunca soslayan la operación que implica observar porque esa fue la tarea del fotógrafo y reconocer las imágenes resultantes del proceso debería ser una actividad placentera para el espectador.

Aunque buena parte del proyecto se realizó en 1991, su proceso fue lento. Eduardo Muñoz no revelaba inmediatamente los negativos y fue hasta que realizó un viaje a México, donde obtuvo película de negativo para continuar desarrollando su trabajo, cuando imprimió los contactos del trabajo realizado hasta entonces. Al regresar a Cuba continuó la serie pero se dio cuenta que comenzaba a repetir tomas, motivo por el cual decidió cerrar el proceso. Para el autor aquellas imágenes que resultaron obvias simplemente no llegaron a la selección final. Esto deja claro un rigor en la edición, una lentitud deliberada en el proceso de articulación de la serie.

Logica 1, Eduardo Muñoz

En palabras de su autor la serie más teatral que haya realizado, pues reconoce en ella elementos de tragedia, siempre insinuada pero nunca explícita. Y si bien la celebra como un ciclo visual “transparente”, fruto de una buena sintaxis, para mi cada imagen resulta densa, viscosa, porque el índice conecta con la experiencia de un espacio de confinamiento, un límite impuesto, a su vez alusión de las condiciones de la vida social en Cuba. Testimonio de una subjetividad puesta a prueba bajo condiciones imprevistas, Zoo-logos nos recuerda la necesidad de resistir los cautiverios que nos han sido impuestos.

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La serie completa puede visitarse en la página del artista:
http://eduardomunoz.com/newsite/index.php/work/series/category/7-zoo-logos

Un dia si otro no 2, Eduardo Muñoz


 

[1] Para una consideración general sobre el Periodo especial puede consultarse Controversia. El Periodo especial veinte años después, panel de discusión transcrito en la revista Temas, nº 65, enero – marzo 2011, páginas 59 – 75. Agradezco al sociólogo Juan Eduardo Lozano por la referencia. http://thecubaneconomy.com/wp-content/uploads/2011/05/TEMAS-Ei-Periodo-Especial-veinte-anos-despues.pdf

Irving Domínguez
Irving Domínguez
(México DF, 1976) Es curador y crítico de arte. Realizó estudios de fotografía en el Centro de la Imagen (CONACULTA) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH - INAH). Sus estudios curatoriales los realizó en el Centro de la Imagen, en Teratoma, A. C., y en la Colección/Fundación JUMEX. Entre sus curadurías recientes destacan" Revires. Una antología" presentada en Casa de la 1ª Imprenta de América (UAM), 2014; "Todos Somos Migrantes" (curada junto con Annick Donkers) montada en el espacio independiente La Miscelánea (D.F.), la Fototeca de Zacatecas Pedro Valtierra, en la Universidad Iberoamericana – campus Ciudad de México y en el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (2013 – 2014); e "Ineluctable Modalidad de lo Visible" de Wojtek Ulrich (Polonia– USA) en Ex Teresa Arte Actual (INBA), 2013. Es coautor del libro "Alberto Flores Varela. Esplendor del retrato en estudio" publicado por CONARTE – Nuevo León (2014).Textos suyos han sido incluidos en la antología "Desde aquí. Contexto e internacionalización", bajo la edición de Gerardo Mosquera (La Fábrica, Madrid, 2012); la memoria del proyecto curatorial "Trolebús. 2004 – 2009" (Grupo Habita - FONCA, 2012); y "El tiempo expandido", bajo la edición de Sergio Mah (La Fábrica, Madrid, 2010), entre otras publicaciones. Desde el 2011 es colaborador del Programa de Fotografía Contemporánea del Centro de las Artes de Nuevo León (CONARTE), modalidad de enseñanza que también se implementó en 2013 en el Centro de las Artes del estado de Hidalgo. El programa ha tenido emisiones únicas en otras entidades a través del Instituto Sonorense de Cultura, 2014, y el espacio independiente Gimnasio de Arte y Cultura en el Distrito Federal, 2013. Desde el 2012 es parte del cuerpo de colaboradores del programa internacional SOMA Summer. Durante el periodo 2013 – 2014 obtuvo un estímulo del Programa de Apoyo a la Docencia, Investigación y Difusión de las Artes (PADID) para la realización durante el 2014 del programa educativo "Tres ejes para la comprensión del arte" (en colaboración con César Holm y Analí Nuñewz) en el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario.

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