Oscar Muñoz – Protografías – Museo de Arte de la Banco de la República
28/11/2011Fernando Bryce, dibujando la historia moderna – MUAC Museo Universitarios Arte Contemporáneo
20/03/2012El Relato de Chile, la repartición de los cuerpos – exposición de Fernando Caridi – La Miscelánea
El Relato de Chile, la repartición de los cuerpos – exposición de Fernando Caridi – La Miscelánea – hasta el 16 de abril de 2012 – México DF
Si las imágenes están en posibilidad de revelar algo sobre la historia o sobre lo real es únicamente poniéndose en relación unas con otras; es, dicho de otro modo, sólo a través del estallido producido por su encuentro como tocan lo real y se convierten en vehículos de conocimiento. Así pensaron los maestros del montaje, para quienes la activación del el potencial cognitivo de las imágenes tiene lugar por un choque entre lo heterogéneo y refiere a procesos materiales.
En nuestros días el archivo y el inventario se han convertido en figuras privilegiadas de lo heterogéneo como estrategias para la operación artística y han venido definiendo una vertiente significativa del arte crítico -cuya historia se remonta al dadaísta pasando por la década de los sesenta del siglo XX, cuando el arte se amplió definitivamente. De una u otra manera, los artistas que han adoptado esta estrategia comparten la convicción dadaísta de que los intercambios entre imágenes y objetos revelan la existencia de un mundo que se oculta detrás de otro.
Bajo esta perspectiva Fernando Caridi opera la puesta en común de imágenes y objetos que, provenientes de diversos espacios, postulan la idea de minería como clave –no para llegar al o los autores del o de los crímenes, porque esos son bien conocidos-, para activar la cadena de significantes que ordenan la construcción simbólica de un discurso identitario con el que, específicamente en el caso de la historia chilena, se ha operado la repartición de los cuerpos en lugares sociales y políticos.
Frente a lo monolítico de la definición de la identidad nacional o como él mismo dice, de la “imagen-país”, el artista presenta trozos de esa construcción intentando enfatizar el carácter corporal, puramente gestual de las imágenes, es decir, su condición de síntomas. Se trata de poner las condiciones para una experiencia que haga posible la comprensión de la materialidad inscrita en la producción de los espacios, las marcas del tiempo y las inscripciones de la memoria en el archivo de la historia chilena reciente.
De esa manera, el artista construye un horizonte en donde tomar posición frente a lo real – tocarlo- supone una concepción de la imagen como signo y cuerpo, y del arte como un lugar en el que la visualidad, el sonido y los objetos se encuentran para proponer una interrogación crítica que demanda la activación del cuerpo y la subjetividad, lugares, éstos últimos, donde, al fin y al cabo, ocurre materialmente la historia.
Blanca Gutiérrez Galindo
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