BIEN VISTO EN SOCIEDAD. ENTREVISTA DE ROCÍO CÁRDENAS A MARSANTONELO.

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BIEN VISTO EN SOCIEDAD. ENTREVISTA DE ROCÍO CÁRDENAS A MARSANTONELO.

El móvil es un nuevo espacio de exposición, creación y residencia en la ciudad de Monterrey. Coordinado por la artista Yolanda Leal.  Este espacio tiene por objetivo cuestionar, dialogar y presentar propuestas de arte contemporáneo desde lo local. Está ubicado en la Escuela Adolfo Prieto, dentro de las instalaciones del Parque Fundidora.

“Yo le exijo a mis piezas que se comporten como gente educada y no se anden besuqueando en la primera cita”

marsantonelo.

R.C. Roció Cárdenas

M: Marsantonelo

R.C.- ¿Con qué proyecto arrancas esta residencia  en el nuevo espacio de “El móvil”?

M.- La pieza con la que dimos apertura a la residencia se titula “Bien visto en sociedad” que consiste en tomar las pinturas restantes para mantenimiento de espacios y exposiciones del Centro de las Artes y CENTRO Interdisciplinario de Arte y Cultura (antes Escuela Adolfo Prieto) – utilizándolas para construir la frase «Bien visto en sociedad» sobre 19 lienzos en un acto pictórico-simbólico.

A través de esta pintura institucional, oficial, hegemónica, se construye una frase que señala un consenso social, un andamiaje de la mirada que nos permite analizar cómo se constituyen los discursos políticos y económicos desde plataformas y agendas culturales. Formalmente las piezas responden en tres niveles: son letras, estructuras geométricas y a la vez distribuciones espaciales.

Bien visto

R.C.P.- Me podrías explicar ¿de qué forma, en este proyecto, visibilizas una serie de procesos intermedios entre el artista, el lugar y las letras que forman esta frase: “Bien visto en sociedad”?.

M.- Esos espacios intermedios e invisibles que señalas son los que me parecen más atractivos y hacia dónde intento dirigir la mayoría de mis esfuerzos. En una exposición de cualquier museo, galería o institución siempre me ha llamado la atención el espacio entre una pieza y otra. Ese momento blanco, sin iluminación, aparentemente inofensivo; pero que resulta ser el más politizado al marcarte la pauta y modelo de comportamiento dentro del lugar.

En ese sentido mi trabajo siempre ha pretendido establecer diferentes tesituras y profundidades. Yo le exijo a mis piezas que se comporten como gente educada y no se anden besuqueando en la primera cita. Es decir, que al llegar tengas una primera experiencia con el espacio, posteriormente con las imágenes y por último con la narrativa crítica (desde el texto de sala, la cédula, la conversación, la conferencia, la nota de prensa, el evento en Facebook, la página web, catálogo, publicación,,,). No hay prisa por contar y enseñar todo. Me parece importante que en la medida que el público se acerca y se interesa, las piezas vayan revelando diversas capas información. 

R.C.- ¿Cómo empezaste la investigación para realizar “Bien visto en sociedad”?

M.-  Para esta residencia estuve pensando mucho en los usos críticos de la pintura, (de donde provienen, para qué han sido utilizadas y las connotaciones sociales, económicas, políticas y culturales que conllevan). Desde esa lógica, me interesaba aprovechar esta residencia para desarrollar tres piezas:

“Pintura policiaca”: esta pieza consiste en tomar una mezcla de pintura industrial que es utilizada para cubrir grafiti en edificios y bodegas industriales y aplicarla en todas las paredes del espacio. Este ejercicio de blanco sobre blanco me permite analizar una historia de la cancelación, del bloqueo, de la censura. También pretende abrir una pregunta sobre el archivo, ¿en dónde quedan todos los esfuerzos que un espacio como la EAP ha realizado en los últimos años? ¿Las charlas ? ¿Los comentarios?. El gesto de la pintura policiaca solamente es evidenciado en el espacio por un pequeño lienzo que mide lo mismo de ancho y largo que la longitud del rodillo con el que se pintarán las paredes.

“Recorrer el mural (tríptico)”:  en Google Maps se buscaron las calles llamadas: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, encontrando resultados en la colonia Contry y en la Colonia Cumbres de Monterrey. Acto seguido desde la misma aplicación se establece la pregunta sobre cuánto tiempo se requiere y cuál es la mejor ruta para caminar de Diego Rivera (Contry) a Diego Rivera (Cumbres) y eso nos arroja una línea específica, un trazo sobre la ciudad, un gesto específico que será trazado sobre un lienzo con pintura amarilla del mismo Pantone que la que utilizan para pintar las banquetas sobre un lienzo de formato (1.20 x 1.60) que son las dos medidas promedio (mínimo y máximo) que pone el estado para definir lo ancho de las banquetas.

Bien visto en Sociedad que pretende abrir la pregunta sobre la pertinencia de las prácticas, muestras y dinámicas que estarán ocurriendo dentro de ese espacio especifico.

Bien_visto

R.C.- ¿Podríamos decir entonces que estas interesado en abrir una serie de preguntas sobre las capacidades políticas y educativas de la pintura en el contexto local?

M.- Efectivamente mi intención es hacer un traslape desde la “supuesta originalidad” de la pintura confrontándola a un contexto particular, en el cual sigue siendo considerada como el “acto” (genial, único, extraordinario y legitimado) de producir arte. En resumen estoy interesado en el paso de tres momentos pictóricos: pintura institucional, pintura policiaca y pintura para recorrer al ciudad. Desde ahí busco establecer un diálogo con el espacio específico y su historia para después definir las formas visuales de las piezas. 

R.C.- ¿Se pueden producir simultáneamente objetos decorativos (como estas pinturas) y producir memoria crítica al contexto interinstitucional del arte en Monterrey?

M.- Mi intención es establecer ejercicios que me permitan hacerlo. Primero hay que señalar la importancia de construir un discurso crítico desde una estrategia decorativa. Estoy interesado en construir objetos decorativos de memoria crítica, analizando las políticas de la visibilidad y al hablar de memoria critica, busco analizar problemáticas, momentos y situaciones actuales que me (nos) acontecen y resultan urgentes de señalar.

R.C.- ¿Por qué partir de la decoración como herramienta para cuestionar el acto pictórico?

M.- Lo que me gusta de la decoración es que pretende ser incluyente y que es muy buena amiga de la sobremesa y eso me interesa. Si uno puede ser capaz de producir objetos decorativos de memoria crítica, que agiten la sobremesa, sería un final mucho más interesante que vender una pieza y que termine embalada en alguna bodega de una colección. También es importante señalar que se trabaja desde la decoración en un acto pictórico, es decir, dos momentos que le resultan muy reconocidos al arte (como ejercicio de Troya), poner algo que parece arte para que nos abran las puertas y ya adentro, abrir la pregunta sobre la actualidad de las prácticas culturales que brotan y pulsan en un lugar como la Escuela Adolfo Prieto. 

R.C.-  ¿Cuáles son las políticas visuales que generan estos procesos intermedios o perversos entre el arte y la decoración?

M.- Hablar de decoración es hablar de un consenso social sobre lo estético. Aquello que desde ciertos cánones (especialmente comerciales) nos resulta bonito, obvio, coherente y por lo mismo pocas veces lo utilizamos como momento crítico. Pero al voltear los reflectores para iluminar desde lo decorativo nuestras estructuras visuales, nos encontramos con una serie de sin sentidos sumamente perversos que me parece relevante cuestionar.

Ante esta clase de circunstancia me resulta importante inscribir un momento crítico desde el arte, desde el objeto artístico que se inserta en la decoración, en la casa, en el convivio cotidiano, en la experiencia real del vivir, todo esto entendiendo mi práctica como una piedra en el zapato que si bien no detiene el movimiento al menos nunca deje de incomodar.

“Bien visto en sociedad” se puede ver  en el espacio de El móvil Escuela Adolfo Prieto Centro disciplinario de arte y cultura, del 20 de enero al 20 de febrero 2016.  http://www.conarte.org.mx/lugares/escuela-adolfo-prieto

 

Rocío Cárdenas Pacheco
Rocío Cárdenas Pacheco
Monterrey Nuevo León 1975. Crítica de arte, curadora e investigadora en arte contemporáneo. Estudiante del doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Generación 2013 – 2016. Becaria del programa CONACYT. Como académica e investigadora ha impartido más de 30 conferencias con temas relacionados al arte contemporáneo y al arte público. Cuenta con un libro publicado bajo el titulo “El arte contemporáneo revisitado en Monterrey. Los mensajes del presente y del futuro nos llegan demasiado tarde" publicado por la Universidad Autonoma de Nuevo Leon y CONARTE.

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