Cartas Mínimas para Alicia Caldera y sus Historias Mínimas. Texto: Sebastián Bejarano

WEBINAR GRATUITO: “Diseño Latinoamericano: Cultura e Industria” con Elina Pérez Urbaneja
20/04/2016
CONVITE 2. Encuentro de Agentes de Artes Visuales, Chile
26/04/2016
WEBINAR GRATUITO: “Diseño Latinoamericano: Cultura e Industria” con Elina Pérez Urbaneja
20/04/2016
CONVITE 2. Encuentro de Agentes de Artes Visuales, Chile
26/04/2016

Cartas Mínimas para Alicia Caldera y sus Historias Mínimas. Texto: Sebastián Bejarano

Alicia,

Espero esta carta no la encuentre en un mal momento, yo solo quiero contarle cómo fue que “la mirada” se detuvo un instante. La vi trazar su recorrido por las paredes, las cosas y los espacios. Pero el tiempo, que pasaba en silencio al otro lado de la casa, la detenía. Parecía deslizarse con una precisión desconcertante sobre los objetos. Como dibujándolos. En aquel momento sentí la presencia de las palabras “espera” y “contempla”. Yo creo que fue algo completamente natural, la mirada está acostumbrada a mirar. Nada más. Es apenas lógico que se comporte de esa manera. Aunque déjeme advertirle, no es lo único que sabe hacer.

La mirada reconoce los lugares, la vida. La costumbre repite esa vida, igual que los espacios y los objetos. El transcurrir cotidiano. Pero las fotografías detienen esos lugares, esos objetos. Cuando miro estas fotografías recuerdo muchas otras que son iguales: las mías.   No necesito ver el lugar entero para saber dónde pueden estar esas sábanas o esas cortinas. Recuerdo mi casa al ver sus imágenes.

Veré cómo mis ojos se detienen durante ese mismo instante sobre las cosas cuando regrese a mi casa. Sobre mis recuerdos. Procuraré tomarme ese tiempo para recorrer otras paredes, otras cosas, otros espacios. Los míos.

2

A,

Hoy estuve mirando sus imágenes y pensé, usted tiene otro visitante aparte de mí. Está en el primer piso, en la esquina que da a la calle. Se trata de “la luz”.

Es un visitante bastante particular. A todos nos visita, todos los días, y yo diría que en todo momento. Es como si entrara por la ventana y tocara todas las cosas para definir el lugar. Igual que “la mirada”, ¿la recuerda? Blanca. Nítida. Siempre presente. La luz detenida. La misma que en mi casa dibuja todos los espacios.

Sin embargo, esta luz es diferente: en el baño, por ejemplo, la luz cambia. Una habitación se ilumina distinto al estudio o a la sala. Se dibuja distinto. Se fotografía distinto.

Pero la luz no solo ilumina los objetos, los reconoce. Se toma el trabajo de distinguirlos del resto. Es como si hubiera traspasado aquel “instante” para provocar que el objeto aparezca… La mirada atenta se despierta cuando la luz la provoca. Y de noche, ¿en qué consistirá esta provocación? En la noche cotidiana la mirada descansa.

Y recuerde, la luz es un visitante, y como tal, en algún momento tiene que irse.

3

A,

Como es costumbre, le escribo para contarle otra historia, o lo que espero sea lo mismo para usted, otra “historia mínima”. Si usted me lo permite y si no le quito demasiado tiempo, quisiera comentarle una idea que estuve pensando días atrás. Se trata de las “naturalezas muertas”, o mejor de las “naturalezas detenidas”. Prefiero llamarlas así porque nunca me gustó la palabra “muertas”. Me gustan más los otros nombres, los que se usaban antes: “vida en suspenso”, o “vida quieta”.

Por ejemplo “vida detenida” (que es la traducción literal de “Still-life”) es un nombre que parece encerrar todas las cosas, aunque solo encierre dos: la vida y el tiempo. Pero, ¿por qué encerrar tanto en un solo nombre?

Sin embargo, esa no es la inquietud que tenía para usted. Pensaba preguntarle algo así como: ¿qué nombre prefiere usted para “naturalezas muertas”? Se lo pregunto porque veo en sus fotos una estrecha relación entre “la mirada” que se detiene a contemplar los objetos dentro de las casas, y “la luz” que los define y los reconoce. Representar esa relación es la naturaleza (tal vez muerta) de la fotografía, porque sin duda es un medio que entiende a la perfección la idea de “luz detenida”.

Supongo que cada uno de nosotros tiene sus historias, como cada objeto tiene las suyas.

Espero haya disfrutado con mis historias.

Hasta una próxima vez

Sebastián Bejarano Sebastián Bejarano: Nació en Bogotá y es escritor, fotógrafo y diseñador gráfico, profesiones que aprendió en la Universidad Nacional de Colombia (Maestro en Escrituras Creativas,Especialista en Fotografía y pregrado en Diseño Gráfico).Trabaja como tutor invitado en la Maestría de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia, donde también da el Seminario Especial (escritura de artistas).En la misma universidad ha trabajado como profesor de fotografía en la escuela de Diseño Gráfico. A su vez, es fotógrafo junto a su novia en su empresa propia de fotografía de niños BUBO BUBO FOTOGRAFÍA, y como diseñador gráfico independiente; Por último dirige la Galería virtual sb- (arte y literatura) y la editorial virtualsb- ediciones.

sebastian-bejarano

issuu.com/sb_ediciones

 

 

Aparta tu lugar en cada sesión