Excesos y Privaciones

La primera exposición individual del dueto cubano “Los Carpinteros” en Latinoamérica pudo concretarse en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey con el apoyo de The Home Depot México.

“The Home Depot se incorpora al mercado mexicano adquiriendo la cadena Total Home del grupo regiomontano ALFA, con tres tiendas en Nuevo León y una más en la Ciudad de México. Inicia operaciones bajo el eslogan ‘El centro de decoración y construcción en México’ con el apoyo de 300 asociados y un área de venta de poco más de 30, 000 m2.”

Los Carpinteros son un colectivo cubano, considerado -por muchos- como representativo del arte contemporáneo latinoamericano que se enseña en las principales capitales del mundo.

“El colectivo habanero Los Carpinteros (…) inicia en 1992 y toma su nombre en 1994 renunciando a la noción de autoría individual, al hacer referencia a la antigua tradición gremial de artesanos y trabajadores calificados. Interesados en la intersección entre arte y sociedad, su obra ocupa un espacio interesante y ambiguo entre conceptualismo, activismo y formalismo. Funden arquitectura, diseño, y escultura de forma inesperada y, a menudo, juguetona; su trabajo elegante y mordaz, negocia entre lo funcional y lo no funcional, inspirándose en el mundo físico, en particular el de las construcciones arquitectónicas. Sus dibujos e instalaciones, cuidadosamente elaborados, utilizan el ingenio para explotar una sintaxis visual que crea contradicciones entre objeto y función, así como entre practicidad e inutilidad.”

Los Carpinteros sufrieron -como el resto del pueblo cubano- las dificultades derivadas del bloqueo estadounidense (iniciado en 1959) y la caída del ala socialista a inicios de los años noventa del siglo pasado. Cuando el Colectivo es invitado para dar talleres, lo hace a través de un programa llamado ‘Situaciones Limitadas’, en el cual sus estudiantes deben crear un lenguaje propio a partir de ningún medio o recurso.

“Después de tres años de negociación el MARCO de Monterrey, trae el trabajo del colectivo ‘Los Carpinteros’: ‘Instalaciones grandes, ambiciosas y con una poética acerca de las relaciones humanas’ (…) ‘La obra de los carpinteros no va solamente en contra del castrismo y del comunismo, es igualmente aplicable a un escenario opuesto. Entonces va más por ahí de cómo se posiciona el ser humano en la actualidad ante los proyectos políticos’, confesó el curador.”

Lo real maravilloso sigue haciendo de las suyas

El trabajo de Los Carpinteros tiene oficio, mucho oficio, y una factura técnica innegable. Su punto de partida es -en gran medida- el absurdo generado por las políticas cubanas de las últimas seis décadas –manifestaciones de la poesía dirán algunos-, no porque lo que ocurre afuera de la isla no sea igualmente absurdo, sino porque a los ojos del visitante –por ejemplo- saber que las piscinas en Cuba son utilizadas como campos de hortalizas, criaderos de cerdos, o refugios para el amor, parece más un ejercicio literario que un apunte tomado de la realidad.

Monterrey que es, en ciertos sentidos, antípoda de Cuba, ya tuvo piscinas en el lecho de un río, pero se las llevó el huracán Alex en 2010, junto con ciclovías, canchas de fútbol, pistas de karts y campos de golf. Ahora el club Tigres, flamante campeón del fútbol mexicano, ha decidido construir un estadio con capacidad para 85.000 espectadores, que también recibirá partidos de la NFL y Ligas Mayores; este proyecto incluye un centro comercial, dos hoteles y catorce salas de cine, todo esto sobre el lecho del Río Santa Catarina. Sin duda, esta magna idea hará tambalear el ingenio de Los Carpinteros.

^{Lecho del río Santa Catarina, antes y después del huracan Alex}

^{Proyecto para el nuevo estadio de los Tigres}

“‘Las casas que rodeaban el Country Club eran como el Beverly Hills de La Habana’, (…). ‘Unas mansiones muy lujosas, con unos materiales de mármol, maderas, etcétera. Por ahí cerca había un barrio marginal y nosotros veíamos cómo la gente de ahí desfilaba como hormiguitas y se llevaba de todo: inodoros, los grifos… Nosotros nos metimos y descubrimos un mundo fabuloso, increíble, al que nunca habíamos tenido acceso. Un mundo que ya había desaparecido en Cuba, el de la alta burguesía. Era como un viaje antropológico al pasado. Fue como entrar en la tumba de Tutankamon para nosotros’.

Para Dago, lo más impresionante eran los espacios que tenían dentro de esas grandes casas abandonadas. ‘Los armarios eran del tamaño de la habitación en la que yo dormía. ‘¿Cómo es posible que alguien tenga un armario de este tamaño?’, pensábamos. Íbamos mucho, era un vicio. Cada vez que teníamos oportunidad después de la escuela. Las primeras esculturas salieron de ese reciclaje. No solo nos gustaban las maderas, su olor, sino que la estética de esos gabinetes nos encantaba”.

Rico café con chícharos

El primer “elemento” de esta exposición de Los Carpinteros es el fuego. La energía sexual, la revolución, la cocción del alimento, el enfrentamiento bélico, están ligados desde el inicio de los tiempos. Las piezas de este bloque son: Extintor (2011), Candela (2011), Penumbra I y II (2008), Basalto numérico III (2015), El pueblo se equivoca (2015), La cosa está en candela (2011), Movimiento de liberación nacional (2010) y Conga irreversible (2012).

^Extintor

^Candela

^{Movimiento de liberación nacional}

^{Baslto numérico}

^{El pueblo se equivoca}

Podemos sintetizar este grupo de piezas como “dibujos de escultor” y “bromas en tres dimensiones”. Con “dibujos de escultor” me refiero a acuarelas de gran formato en las que se esbozan problemas tridimensionales (y conceptuales, por supuesto). Con “bromas en tres dimensiones” me refiero a trabajos que ves, entiendes y puedes olvidar sin sentimientos de culpa, a pesar de la factura, a pesar de las dimensiones. La pieza más afín al contexto local es “Movimiento de liberación nacional”, un asador en forma de estrella, pues es de todos sabido que la carne asada es patrimonio intangible de la cultura regiomontana, casi al nivel de la cerveza Tekate Light y el fútbol local (otra vez el fútbol): Tigres o Rayados.

Me detengo un momento en “Conga irreversible” (el único video de la muestra), una pieza poderosa que consiste en el registro de una acción dirigida por el Colectivo durante la XI Bienal de la Habana (2012). Los bailarines y músicos se toman el Paseo del Prado para darle un “golpe de estado” al carnaval, vestidos de negro y bailando (tocando) al revés, en una filigrana deliciosa que reescribe la tradición para subvertirla, abriendo un sin fin de relaciones entre valiosos ingredientes: el negro de las pieles y los trajes, la vuelta en el tiempo -tecnológica, material, política, económica-, la reinvención de la cultura popular, una cachetada hilarante y pública, en fin, cada quien puede aventurar aquí sus averiguaciones.

http://www.nytimes.com/video/t-magazine/100000002216598/conga-irreversible-los-carpinteros.html

Los Carpinteros -como cualquier artista Latinoamericano expuesto a procesos dictatoriales- han desarrollado estrategias clínicas para manifestarse acerca de su contexto social, sin un tono político frontal, y con frontal no me refiero al panfleto, la ofensa enceguecida o el hara-kiri social (véase por ejemplo la obra de Cildo Meireles).

^{Cildo Meireles / Árbol de dinero}

Quizá el trabajo menos objetable de Los Carpinteros es el que asume de manera libre la poética de los objetos y espacios, resinificándolos por medio de la poesía (Cuba sabe mucho de eso). Varios ejemplos: un juego de percusiones derritiéndose en el piso, un bloque hecho de bloques, una cancha de básquet con las trayectorias del balón, dos camas unidas por una montaña rusa o la instantánea escultórica de una explosión.

Es importante señalar que un discurso acerca de los totalitarismos compuesto de esta manera, es decir, a través de la simpatía, es sobre todo eso, simpático, nada más.

“Unos días antes de concluir la redacción de este texto, la investigadora Ángeles Magdaleno me compartió un gran hallazgo que hizo en el Archivo General de la Nación. Se trata de un documento oficial desclasificado que contiene la declaración hecha por el cubano Juan Carlos Corbea ante la dirección de Seguridad Pública de Veracruz, en febrero de 1963, la cual se acompaña de una nota para el secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz, donde se le informa que un grupo de empresarios de Monterrey está financiando un pequeño ejército que tiene como fin volver a Cuba y derrocar al naciente gobierno de Fidel Castro.

La declaración, escrita en papel membretado, dice: «Respecto a sus actividades en el país y de los campos de entrenamiento para cubanos anticastristas… que en el estado de Tabasco se encuentra ubicado el campo de entrenamiento en el lugar denominado MAL PASO al que se llega entrando por Cárdenas, a donde se encontraban como 400 cubanos a quienes cada mes les llevaba medicinas, zapatos y ropa que donaban en Monterrey algunas personas por conducto del Lic. Ricardo Margáin SUSAYA [sic], de la Asociación de Padres de Familia y la proporcionaban quinientos mil pesos cada mes, de lo que tomaba para gastos… Margaín, edificio del Banco Industrial, ubicado en calle de Juárez en Monterrey, N.L.».

Margaín Zozaya es el padre de Fernando Margaín Berlanga, el alcalde que le entregó el gobierno de San Pedro Garza García a Mauricio Fernández Garza el pasado 31 de octubre.”

Vamos con la segunda parte de la exposición, a la cual podemos encuadrar bajo la idea de “lo arquitectónico”; dicho bloque está compuesto por: Faro tumbado (2006), Tomates (2013), Sala de lectura (2015) y Catedral (2015).

Facturas técnicas impecables, formatos enormes, gestiones económicas complejas.

^{Faro tumbado}

^{Sala de lectura y Tomates}

  ^Catedral

La tercera parte está compuesta por: Esquina (2015), 17 m. (2015), Oro en la pared (2015) y Celosía poliédrica (2015). Podemos definir este grupo de piezas como un “a través” o como “las heridas del sistema”, aunque metódicas, ultracuidadas y, al menos en el caso de “ la pieza de los trajes”, predecibles.

^{17 m.}

^{Celosía poliédrica}

^{Oro en la pared}

De este conjunto, “17 m.” apela a una lectura en contexto, es obvio: Monterrey y las tiendas de ropa transnacional en cualquier mall de la ciudad o de McAllen, un disparo en el pecho financiero con el símbolo cubano de la revolución: la estrella. Oro en la pared, al contrario, brilla por su presencia, en fin, son las paredes del Marco:

“La idea de formar un museo de arte contemporáneo en Monterrey surge hace más de quince años. Nace de la inquietud de un grupo de empresarios por difundir el arte y la cultura en esta ciudad, reconocida principalmente como industrial, con el fin de orientar la sensibilidad de sus habitantes y apoyar la formación integral de ésta como lugar de progreso y cultura.”

La cuarta, última y breve parte está compuesta por: “Clavos torcidos” (2013) y “Cabilla cabilla” (2014). De aquí cito el comentario de los autores acerca de la manera como cada cosa recibe usos ilimitados en Cuba, hasta que materialmente no sirve para nada, incluidos los clavos.

^{Clavos torcidos}

^{Cabilla cabilla}

Aclaraciones

1. La capacidad creativa de Los Carpinteros es innegable.
2. Cuba siempre estará en los aparadores de las tiendas de música y en las conversaciones sobre política en cualquier lugar del mundo, ya lo sabemos, es la hormiga que se pone con el elefante, la luz guía, o el monumento al absurdo; elijan según su manera de pensar.
3. El arte es lo más valorado en una sociedad (sobre todo en los discursos), la raíz de una cultura –dirán otros-, pero en él también pueden reproducirse las mismas prácticas de la política.
4. En Cuba los artistas brotan como los atletas olímpicos y eso tiene que ver con la política, me refiero a que la sociedad cubana es la más educada del continente y aún así (o debido a que) es gobernada por una dictadura (peculiar). Cito apenas unos nombres para pensar: Belkis Ayón, Ana Mendieta, José Bedia, Carlos Garaicoa, Tania Brugera, K-cho, Roberto Fabelo, Sandra Ramos, Antonio Eligio Fernández, Ibrahim Miranda Ramos, y aquí se pueden añadir un par de etcéteras.

https://www.youtube.com/watch?v=F-x-jk8qX2E